¡AY DE VOSOTROS ABOGADOS!

Al fin de cuentas, todo el derecho de una gran nación, no es más que la opinión circunstancial de nueve caballeros ancianos, no necesariamente inteligentes” escribió alguna vez Jerome Frank, filósofo del derecho, radicalizado militante del realismo norteamericano, antes de ser Juez del Tribunal Federal de Apelaciones de ese país y más que previsiblemente, aspirante él también a integrar el noneto mágico. Rodell —abogado dedicado exclusivamente a la enseñanza, que declama su decisión de no ejercer la profesión como un orgullo de casta— va más lejos. En algún lugar del texto que presentamos aquí llega a sugerir que tales caballeros podrían muy bien ser idiotas: su razonamiento es prescindible, lo imprescindible es conocer el sentido de su decisión.

Un grito realista, entre cabezas de huevo y cuellos duros

Introducción por el juez Jerome Frank

Prólogo de la nueva edición

Prefacio a la primera edición

CAPÍTULO I
CURANDEROS MODERNOS

CAPÍTULO II
EL DERECHO DE LOS ABOGADOS

CAPÍTULO III
CÓMO FUNCIONA

CAPÍTULO IV
EL DERECHO EN TODO SU ESPLENDOR

CAPÍTULO V
NADA DE IMPUESTOS PARA MAX

CAPÍTULO VI
EL DERECHO Y LAS SEÑORAS

CAPÍTULO VII
CUENTOS DE HADAS Y HECHOS

CAPÍTULO VIII
ALGO MÁS A PROPÓSITO DEL LENGUAJE JURÍDICO

CAPÍTULO IX
INCUBADORAS DEL DERECHO

CAPÍTULO X
UN TOQUE DE SIGNIFICADO SOCIAL

CAPÍTULO XI
EXPONGAMOS EL DERECHO